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lunes, 15 de abril de 2013

Games Workshop Art - Warhammer Fantasy

Elemental de Fuego

1. Al final de la escalera


Mientras ascendía por los últimos peldaños de la escalera, a su mente acudieron los recuerdos de la vida que hacía largo tiempo había perdido. Y durante unos instante se quedó inmóvil, bajo la danzante luz de las antorchas, preguntándose si merecía la pena seguir adelante; ya que aun teniendo éxito en su empresa, no tenia donde regresar, no tenia ningún lugar al que llamar hogar. Repudiado por los hombres y los dioses, Khorhil permaneció allí quieto y en silencio, pensando, recordando...

No puedo decir con certeza el tiempo que permaneció allí de pie y sin moverse, con las heridas aun sangrantes, espada en mano y perdido en sus cavilaciones. Pudo tratarse tan solo de uno instantes o de todo un día; pues en aquellas lejanas tierras el tiempo no transcurre de la misma manera que en los dominios de los mortales. Se tratase del tiempo que se tratase, yo permanecí junto a él, de igual forma, callado y quieto, pensando a mi vez en el camino que habíamos recorrido para llegar a ese momento, en todo lo que habíamos dejado atrás...

De repente, Khorhil se volvió hacia mí y con voz quebrada me dijo: -Viejo amigo, si aun tienes un lugar al que pertenecer, si aun posees una vida propia y no un papel en la "gran comedia" que es el Destino, vete, abandona este lugar maldito y vive.- Clavó sus ojos en los míos y la única emoción que pude percibir en ellos fue una sincera preocupación por mi persona. -No- le respondí -Mi lugar sitio está aquí, a tu lado, así lo juré. Todo aquello...- No pude terminar la frase, Khorhil me corto con un gesto de su ensangrentada mano; pues sin duda sabía perfectamente cuál iba a ser mi respuesta antes incluso de que yo pronunciara la primera palabra. Asintió con su cabeza y reemprendimos la marcha.

Las escaleras conducían a la cúspide de la torre, que era una inmensa terraza circular de suelo negro como la antracita. En el centro de dicha terraza se encontraba lo que a todas luces era un templo, levantado sin duda en honor a los "Dioses Oscuros".Sus muros y sus columnas parecían ser de mármol negro, como el suelo de la azotea; pero al acercarnos con una antorcha descubrimos que en realidad era de color rojo, del color de la sangre derramada. La entrada del templo se encontraba flanqueada por dos estatuas cuya forma era grotesca y amenazadora, hechas también del mismo material que el propio templo. Ambos nos dimos cuenta de que las ciclópeas puertas de tan blasfemo edificio permanecía abiertas, como si se trataran de las fauces de una bestia que esperase paciente para tragarnos.
Obviamente, adentrarse en lo desconocido, sin haber descansado y sin curar nuestras heridas no era la elección más prudente. No obstante, se nos acababa el tiempo, la "Luna Negra", Tchatiq Sahar, se encontraba en su cenit y la Luna "Doncella", DaarilNefhir, estaba próxima a ella.
Con valor y determinación; pues las dudas y los titubeos los habíamos dejado en las escaleras, nos adentramos en la oscuridad del templo. Acero en mano y con furia en los ojos, estábamos dispuestos a afrontar nuestro sino. Ambos lo habíamos perdido todo y la única elección que nos quedaba era la de afrontar nuestra muerte, la cual sin duda se encontraba cercana. Cuando al fin cruzamos la puerta y la oscuridad nos envolvió, empecé a recordar a recordar las palabras que hacía ya muchos inviernos habían salido de los labios de un oráculo: "...una sola vela basta para mantenerla a raya" Corrí hacia la entrada para sorpresa de mi compañero, para recoger la antorcha que por algún casual habíamos abandonado, cosa que desde la distancia del tiempo que ha transcurrido sigo sin comprender, ¿Cómo pudimos abandonar lo único que podía iluminar nuestro camino?. De todas formas mis esfuerzos por recogerla fueron inútiles; pues las enormes puertas del templo se cerraron con más rapidez de la que jamás hubiera imaginado. Y así nos quedamos, ciegos en el vientre de la bestia.

viernes, 5 de octubre de 2012

Corazón de Tinta

Alicia & la Oruga



Gorohg Orn


La Suerte de Ashanna 





LaTraicion de Istvaan
(Basada en las Novelas de la Herejia de Horus, de GamesWorkshop)

viernes, 20 de abril de 2012

Los profesionales

professionales


DOLWORTH: Nada menos que cien mil dólares por una esposa. Debe de ser toda una mujer.
FARDAN: Será una mujer de esas que convierten a algunos niños en hombres y a algunos hombres en niños.
DOLWORTH: Si es así vale lo que piden.
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EHRENGARD: ¿Y qué hacían unos norteamericanos en una revolución mexicana?
DOLWORTH: Tal vez sólo haya una revolución. Desde siempre. La de los buenos contra los malos. La pregunta es: ¿quiénes son los buenos?
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DOLWORTH: Nada es para siempre, excepto la muerte (…).
JESÚS RAZA: Todos ellos murieron por un ideal.
DOLWORTH: ¿La revolución? Cuando el tiroteo termina los muertos se entierran y los políticos entran en acción. El resultado es siempre igual. Una causa perdida.
JESÚS RAZA: (…) La revolución es como la más bella historia de amor. Al principio, ella es una diosa, una causa pura, pero todos los amores tienen un terrible enemigo.
DOLWORTH: El tiempo.
JESÚS RAZA: Tú la ves tal como es. La revolución no es una diosa sino una mujerzuela; nunca ha sido pura ni virtuosa ni perfecta. Así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero sólo son asuntos mezquinos. Lujuria pero no amor, pasión pero sin compasión. Y sin un amor, sin una causa, no somos nada. Nos quedamos porque tenemos fe. Nos marchamos porque nos desengañamos. Volvemos porque nos sentimos perdidos. Morimos porque es inevitable.

The professionals. Richard Brooks (1966).

miércoles, 28 de marzo de 2012

Doce Frases, Doce Imagenes

Parte de una exposición realizada con mis compañeros de ESDIP

1.- "Los Sueños Sueños Son" - Calderón de la Barca.



2.- "Nadie llama a Miguel Ángel la puta del Vaticano sólamente porque le suplicó al Papa Julio que le diera                                
      trabajo" - Chuck Palahniuk



3.- "Conocete a ti mismo y serás dueño de tu destino"




4.- "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando" - Pablo Picasso.




5.- "Antes del impresionismo no había sombras azules" - Oscar Wilde.




6.- "Crecerás el día en que verdaderamente te rías por primera vez de ti mismo" - Ethel Barrymore.




7.- "Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos" - Nicolás Maquiavelo.




8.- "Soy tan partidario de la disciplina del silencio que podría hablar horas enteras sobre ella"
      - George Bernard Shaw.




9.- "Los buenos artistas copian, los grandes roban" - Pablo Picasso.




10.- Alea Iacta Est (La suerte está hechada) - Cayo Julius Caesar.




11.- "Podrán cortar todas las flores pero nunca detendran la primavera" - Pablo Neruda.




12.- "He llegado por fin a lo que quería ser de mayor, un niño" - Joseph Heller.

lunes, 27 de febrero de 2012